—Ayer leí que durante el renacimiento hubo un super boom de un tipo de canciones que se llamaban madrigales y la cosa es que las voces no paran a lo largo de la canción porque imitan el canto de lo ángeles y claro, como los ángeles no tienen cuerpo, no tienen por qué respirar.
Me flipan las cosas que hacían. Es una música real sin cuerpo, ¡sin puto cuerpo! ¿te lo puedes imaginar?—Hay una pausa de dos segundos mientras el sol nos da en la cara. Chris se voltea y empieza a quitar la arena de la toalla.
—Claro que me lo imagino tío pero que más da que sea real o no. Al final todos los mitos son reales porque fueron creados por gente real y todos los ángeles eran reales hasta que los matamos uno a uno y después nos los follamos a todos
—Ser real es aburrido
—Voy a mear

De vez en cuando Chris tiene comentarios bastante lúcidos y mientras mea y me mira fijamente, me lo imagino follándose a un ángel. Lo imagino encerrándose en casa durante meses para crear la nueva cosmología con la que todos estaremos de acuerdo en el futuro. Creando una nueva secta folladora de ángeles meadora de ojos.

— La verdad es que agradezco que los ancianos sigan teniendo cuerpo para poder estafarlos—y se guarda la polla diciéndolo con tal tono de dulzura que parece increíble los miles de euros embolsados por cada compraventa de vivienda. Yo le hablo de música sin cuerpo y él de la estafa del cuerpo.

DOS BOCAS ENCIMA DE UN PERRO

Dicen que la energía dentro de ti es la misma desde tu nacimiento y a lo largo de la vida no tienes más o menos energía. Vamos, que no eres una puta pila recargable, solo estás más o menos opacado dependiendo de cuánto te hayan puteado. También dicen que esa energía formaba parte de un gran tumulto y pedazos de esta se separaron del bloque siendo condenados a la materia y que eso es lo que somos; pedazos de energía incorporados a una materia que debemos superar para volver al tumulto.
A veces me imagino ese tumulto como la gran bola que apareció por Internet en la que se juntaba lo que hipotéticamente sería toda la masa de carne de todo ser humano de todo el mundo. La sitúan encima de Central Park para compararla y en realidad tampoco somos tanta cosa.

También dicen que esa energía pasa de cuerpo a cuerpo una vez mueres y en ese pasar a puede suceder una división. En estas divisiones la energía se encarna en dos cuerpos diferentes y eso es lo que hace surgir esas conexiones tan potentes en las que tienes la certeza de conocer a alguien de toda la vida. Bueno, también dicen que una energía que hizo daño a una encarnación anterior, es decir, una persona que puteó a tu yo anterior, está condenada a repetir ese mismo puteo y joderte en esta vida. 
También se explica que esa conexión tan potente sucede porque los traumas y las vivencias estructuran y dan forma a los conjuntos de sinápsis y en esa conexión lo que realmente se está comunicando no somos nosotros sino la estructura de nuestros cerebros. O sea que en el fondo lo comunicante es una gran masa de carne.

— ¡¿Joder, porqué me miras así?! – Chris se ha asustado. A veces entro en trance y se piensa que estoy preparándome mentalmente para matarlo. — El otro día vi a tu abuela
— Chris, ¿cómo que a mi abuela?
— Sí — se sienta en la toalla.
— Será a mi abuelo
— No no, a tu abuela, la grande, la gorda
— Es imposible
— ¿Qué?
— Que no creo que la vieras porque mi abuela está muerta, acuérdate que adobé un lomo en su honor
— Es imposible, la vi en las piscinas
— ¿Qué?
— Que la vi en las piscinas con un bañador de cuerpo entero de estos
— ¿Y qué hacia?
— Flotaba
— ¿No nadaba?
— No, flotaba, tu abuela no sabe nadar
— ¡Y tú cómo sabes eso! — Chris encoge los hombros—¿cómo es que estuviste en las piscinas?
— Fui a nadar
— Pero… ¿Sabes nadar?
— Mas o menos. Floto con intención
— Eso no es nadar —me río.
— Tu abuela también flotaba
— No he dicho que mi abuela supiera nadar
— Flotaba
— Mi abuela no está viiiiiiva
— Tu abuela estaba ayer en la pisciiiiina
— ¿Y cómo tenía el pelo?
— ¡No puedo ver debajo del gorro tío!
  Me giro, abro la neverita y saco un par de cervezas.— Toma
— La cerveza me recuerda al pis
— Todo el mundo se mea en la piscina
— ¿Nadé rodeado del pis de tu abuela?
— Mi abuela está muerta, joder
— Pero ayer vi a tu abuela en la piscina

Es hipnótico mirar la boca de Chris cuando habla, sobre todo cuando dice este tipo de gilipolleces inducidas por un leve pero constante consumo de LSD. Me ha recogido en Moyúa para venir a la playa. Estaba deprimido porque me habían dicho que si no tenía nada que contar nunca desarrollaría estilo propio. Y ahora entiendo por qué todo lo que escribo parece un texto o una canción chusca. Pero a Chris no le importa una mierda nada de esto. Mírale ahí, tan inocente, jugando con la espuma del mar. Trabaja en una inmobiliaria y se dedica, como él dice, a estafar a ancianos.
Esta mañana, bajando en el autobús, había un señora todo vieja que ha decidido no sentarse en ningún asiento aun sabiendo que los conductores de autobuses son conocidos por su suave conducción. Y ahí estaba. Una curva y la señora agarrada a la barra ha girado lentamente sobre ella, de tal manera que a más de una de estas que hacen Pole dance les gustaría. Un movimiento lento, continuo y terminando con la cabeza pegada al suelo. Menudo estilo.

— Pásame la toalla porfa
— Toma
— ¿En qué piensas cuando te quedas tanto rato mirando las cosas?
— Pues no sé. Por ejemplo, esta mañana, cuando te estabas cambiando he empezado a ver el tiempo pasar delante de mis ojos. Pero no el tiempo como recuerdos o imágenes sino el tiempo como una gran masa. He podido saborear el día en el que te amenazaré con partirte las piernas si intentas hacerme daño y el careto que pondrás cuando te recalque que no te lo estoy diciendo en broma
— Ah, ¿que piensas dejarme?
— ¡No tío! Jajajajaj Simplemente sé que vas a morir de una manera super trágica estando conmigo, así no tendré que dejarte y tendré material suficiente para seguir escribiendo sobre mis desgracias. En realidad vas a tener una muerte super práctica   
— Pero si no eres nada desgraciado
— Ya, ya, pero eso no quita a que no pueda escribir sobre desgracias ¿no? Escribiré sobre tu muerte y lo destruido que estoy mientras me como un Maxibon sandwich de nata—le miro y le sonrío.
— Eres un cabrón
— Y eso, que cuando te miraba esta mañana, he podido escuchar todos los sonidos que todos los armarios de la cocina del piso en el que vivimos harán durante todo el tiempo que vivamos allí
— Como te gusta la palabra todo
— He podido sentir mi cuerpo de siete años y un olor super fuerte a pelo y he podido volver a tocar el corazón latiente de la rana viva que abrimos en canal cuando éramos pequeños. ¿Sabes que las ratas hacen un giro cuando muerden?
— Explícame mejor eso del tiempo
— No sé, a veces el tiempo se abre de una manera extraña delante de ti y te sientes a gusto y sientes que no necesitas hacer nada ni completar nada
— Eso es del Mierdea Eliade este
— Mircea. ¿Sabes? creo que todo el mundo reza pero cada uno reza a su manera y que tampoco lo llama rezar y creo que esta es mi manera particular de rezar
— ¿Cómo? ¿Atravesando las cosas con la mirada? —Chris me mira fijamente.
— ¡Fua! me acabo de acordar. Ayer por la noche volvió otra vez la manada de ratas a casa
— ¿Manada de ratas?
— ¡Sí tío! Tú nunca la has visto porque caes sobadísimo en la cama y se tiran toda la noche  correteando por el falso techo
— Vale, y ahora me vas a contar que has aprendido a hablar con ellas y que eres el rey rata. Rataman. Ratatopoman. Ratillamen. Menrata el rey
— Que te calles joder. Me han despertado. Bueno lo que me ha despertado ha sido un plas. Y me he acordado de que ayer se me olvidó ponerle la tapa a la olla y resulta que una puta rata se ha caído en la sopa y flipas con el espectáculo. La rata intentaba sobrevivir y, a la vez, la cabrona de ella no podía parar de ponerse hasta el culo de fideos. Y nada, he alargado la mano, he cogido una espumadera y la he empezado a ahogar en la sopa. — A Chris se la cambia la cara—A ver, la sopa estaba ya perdida y además a mitad de ese submarino mojado me he sentido horrible y he metido la espumadera para que se agarrara y subiera
— Te estoy visualizando en la cocina, empuñando una espumadera, con unos putos gayumbos ahogando una rata en sopa y menuda fantasía
— Tate que no termina ahí. Entonces, la rata estaba ya rescatada y ha empezado a subir por la espumadera todo mojada, chorreando sopa con fideos entre los pelos y me ha dado tal arcada que he agitado la espumadera y la he hostiado con ella. La pobre, medio muerta, subía y bajaba del fondo a la superficie y ahí es cuando de verdad me he sentido horrible. La he sacado como un huevo frito y la he puesto en el suelo
— Menudo salvador. Eres el nuevo mesías sin mensaje
— Ha empezado a moverse poco a poco y me he asustado y he pegado un pedazo brinco y al caer la he pisado tan fuerte que la suela de la chancla se ha desplazado y he sentido todo su volumen mojado en la planta del pie.
 Me siento un poco mal por ella. O por mí, todavía no lo tengo muy claro
— Ya, ya, ¿pero al final qué has hecho, matarla o salvarla?